Otro día como otro cualquiera, Chad no pensaba pasar así el resto de su vida, pero sin quererlo ni comerlo era eso mismo lo que estaba haciendo. Eran ya casi las 9 y estaba él solo en la oficina, esperando una llamada de un «sales manager» extranjero. Los vasos de café se acumulan en el escritorio y el reflejo de su cara en el cristal oscuro contrasta con todas la luces de los coches y farolas de la avenida inferior.
Incluso el móvil ya cansa, solo quiere irse a casa a ducharse para volver a empezar otro día en el mundo de monotonía. Se volvió a poner los auriculares para escuchar los partidos de champions league.
De repente vio algo por el rabillo del ojo y se asustó ya que creía que era el único en la oficina y al estar absorto en sus comentaristas deportivos no se percataba de nada más.
-Disculpe, no quería moles..
-No pasa nada, es que creía que estaba solo- Dijo quitándose los auriculares.
Era la señora, o más bien señorita de la limpieza. Era la primera vez que la veía, Chad nunca se había quedado tan tarde en la oficina.
Era por así decir lo único que había para entretenerse o para enfocar la atención. Ella también llevaba auriculares mientras pasaba una pesada aspiradora industrial por toda la moqueta. Era morena de piel, no muy alta, pelo completamente negro, seguramente latina o medio latina, también se le notaba en el acento al hablar.
Cada vez se hacía un poco más de noche, la llamada todavía no venía y la ansiedad e inquietud se apoderaban de Chad, mientras desviada la mirada hacia la limpiadora que trataba de despegar algo de la moqueta en una posición más que sugerente, aunque llevaba un típico uniforme de limpiadora estaba muy bien la muchacha y mucho más a 4 patas en el suelo, tenía las caderas un poco más anchas pero le hacían un culazo grande y perfectamente redondo.
Todavia no se sabe bien porque o como, seguramente por la descorazonadora rutina de oficina, Chad sintió algo, algo en la mejor parte del cuerpo humano para sentir algo…si tienen algo bueno los pantalones de oficina, es que son anchos y normalmente ligeros. Lo que no pone ningún impedimento a las erecciones masivas y descontroladas. Menos mal que Chad estaba sentado y dentro de lo que cabe a cubierto, no fuera a ser que alguien le pillara.
-Que agradable- Pensaba Chad mientras intentaba taparse más o intentar calmar a la bestia, pero el tacto lo empeoraba, y que coño, él tampoco quería que se fuera.
Mientras el permanecía en su agradable mundo, la chica de la limpieza se acercó por delante e hizo un gesto a Chad, de nuevo se sobresaltó porque tenía las cabezas en otras cosas:
-Perdona, ¿podrías ayudarme a coger esa estatuilla de la estantería de arriba que no llego?
-Emn si claro- Respondió sin pensar ya que era imposible ocultar semejante erección si se levantaba. –Bueno espera unos minutos que tengo que recibir un email.- Una mentira enorme, directamente proporcional a su erección.
-Si si claro, cuando pueda, grasias.
Y ella volvió a sus quehaceres. Chad no quería quedar como una idiota, con lo que intentó aplacar a su erección mientras veía como la chica se ponía a limpiar más cosas con un vestido nada sugerente, pero eso ya daba igual, no había manera.
¿Es algo natural no? Y quien sabe…
Quitándose lo auriculares y levantando la mano:
-Si, perdona donde te puedo ayudar
-Aquí con esta figura que no llego
Chad se levantó y en cierto modo dio gracias a que la chica estaba de espaldas señalando a la figura y no se percató del «otro Chad», porque no había manera de que no se viera. Chad se apresuró a cortar distancias para que no se viera y fue directo a la figura a cogerla, la chica no se apartó ni un milímetro y mientras Chad se estiraba apresurado para coger la estatua digamos que hubo un roce, intencionado o no, pero maravilloso. Ella pareció no darse cuenta y se estiró también para bajar la figura que pesaba más de lo que parecía al principio.
-Muchas gracias.
-No hay de que mujer
Y así sin más se dio la vuelta y Chad se dirigía a su sitio con el deber cumplido cuando ella preguntó
-¿Cuando la limpie puedo pedirte una ayudita para ponerla de nuevo en su sitio?
-Si claro que si.
Justo Chad se dio la vuelta para no responder de espaldas sin acordarse de su especial situación y en ese momento de perfil, ella bajó los ojos y no pudo evitar verlo. Se le escapó una amplia sonrisa y se tapó un poco con la mano. Chad vió que ella lo vió y se dio la vuelta para sentarse en su sitio. Era una mezcla entre vergüenza y tensión.
La llamada del Sales Manager seguía retrasándose, era un día en el que hubiera sido mejor que te atropellará un autobús. La erección ya no estaba tan latente, pero si había algún intercambio de miradas entre Chad y la limpiadora, aunque parecía más bien que ella se esforzaba un poco más en ser vista y cuando creía que estaba siendo observada, entonces miraba hacía Chad que seguramente estaría mirándola, para intercambiar miradas que se desvanecían rápido ya que era una pillada total.
Entre 5 y 10 minutos después y una serie de cruces de mirada, ella se acercó, se inclinó hacia delante con un botón de la blusa desabrochado y un escote mucho mejor de lo que parecía en principio y dijo:
-Disculpe, ¿me ayuda a colocar la figura en la estantería?
Hubo un silencio de unos segundos en los que Chad miraba esas tetas morenas sin pestañear,
-(Para que voy a apartar la mirada si ya me ha pillado mirándola mil veces).- Se dijo así mismo y añadió sin apartar la mirada. –Claro, ahora mismo la ayudo,
Sonó de repente el ordenador con la llamada del Sales Manager con lo que la figura se quedó ahí y Chad se volvió a sentar como un resorte y se puso los auriculares con micrófono, le hizo un gesto a la chica de la limpieza con la mano como diciendo ahora no puedo., ella se giró y siguió colocando alguna que otra historia.
La llamada empezó con todo el protocolo de presentaciones y parafernalia estúpida que no llevan a otra cosa que perder el tiempo. Un ratito después ya se estaban hablando cosas importantes pero Chad solo tenía que escuchar y anotar algunas cosas.
La chica de la limpieza de repente volvió a aparecer y se puso a limpiar el escritorio de Chad, los dos estaban inmersos en sus auriculares, Chad con su llamada y la chica con su música. Primero ella tiró todos los vasos de plástico de café de la mesa arrimándose mucho con él, casi casi rozándolo, después por detrás de Chad se puso a limpiar con un paño la mesa apoyando todas sus tetas en la nuca de Chad, Chad hacía tiempo que había dejado de prestar atención a la llamada y tenía los auriculares de adorno. Era como una batalla para ver quien se lanzaba o quien se dejaba, roces, miradas, sonrisas de complicidad hasta que llegó el momento, Chad se echó hacía atrás en su silla, dejó un hueco entre la mesa y él, a ella le pareció una invitación y se metió en medio, en ese momento Chad se volvió a echar hacia delante y agarrando la mesa quedando la incauta señorita de la limpieza atrapada entre él y la mesa. Las manos iban de un sitio a otro ella se la metía por debajo de la camisa y él le acariciaba ese redondo y precioso culo, todavía no había cruzado palabra, seguían fingiendo que estaban prestando atención a sus respectivas tareas.
De nuevo, y al atrapar a la chica, ahí estaba la supererección, que seguía latente, no se había ido, solo estaba descansando. Ella lo volvió a notar contra su cuerpo, pero esta vez sabía lo que era, no como la anterior vez. Volvió a sonreir ampliamente mirando a Chad y se escurrió en el y la mesa, quedando justo debajo del escritorio. Chad parecía que seguía a lo suyo y ella hacía como que limpiaba cuando lo que estaba haciendo ya era acariciar la pierna de Chad mientras subía, cada vez un poquito más hasta que le estaba agarrando la polla por fuera del pantalón. Empezó a cascársela por fuera del pantalón, Chad que cada vez estaba un poco más abajo y abierto de piernas tuvo que poner el mute a la conversación de teléfono ya que estaba casi empezando a suspirar-jadear. Ella le bajó la bragueta…y salió de su escondite, Chad, la buscó con la mirada y se dieron un muerdo, fuerte y apasionado, de los que necesitas. Se puso detrás de él con sus tetas apoyadas en su cabeza y le sacó su duro pene del pantalón, le metio una mano detro de la camisa y se escupió en la otra mano y empezó a pajearle.
Sin duda era la mejor llamada de teléfono de la historia, no tenía que atender, una chica maja y mona pajeándole, otra mano acariciándole el pecho y una serie de besos en el cuello, si se hubiera dejado ir un poco más se habría corrido en 2 minutos…pero no, hizo que ella parara y se agarró la base de la polla para cortar el flujo de sangre y tranquilizarse un poco, todo eso no podía acabar tan pronto, quería disfrutar de sexo en la oficina como tiene que ser. Chad la cogió, la sentó en la mesa y empezó a quitarla el uniforme con prisas para comerse esas tetas morenas y cuando lo hizo ella soltó un gemido y agarró la cabeza de Chad para meterla bien entre ellas. Unos minutos magreándose, metiendo mano y lengua cada vez con menos ropa. El auricular sin embargo seguía en su sitio, pero dejó apretado el botón de encendido y el ordenador se apagó. La chica se volvió a meter en su «escondite» entre las piernas de Chad y debajo de la mesa, agarró fuerte su polla y mirando despacio a sus ojos empezó a chupársela muy despacio y con mucha saliva.
-Parece que captó el mensaje de: como sigas me voy a correr.- Pensó Chad en ese momento. Su boca era caliente y muy húmeda y Chad quería acelerar cogerla de la cabeza y correrse, había mucha excitación y tensión, era casi doloroso mantenerse, ella chupando su polla muy despacio y mirándole a los ojos…
Sonó la puerta electromagnética, se suponía que ya no tendría que venir nadie, las alarmas saltaron dentro de la cabeza de Chad que se echó hacia delante sin avisar para tratar de ocultar ese placentero secreto introduciendo casi toda su polla de golpe en la boca de la chica lo que a su vez provocó que se medio atragantara y un roce muy placentero en la punta de su polla
-Ahhhh!- Gemía Chad
A todo esto entraba Jose por la puerta, un compañero de trabajo que según entraba con mucha prisa por la oficina.
-Ey Chad, ¿sigues aquí a estas horas?
-Si-s-sii- es que tenía una re-r-union ahora con el SALes Manage—er-r
La chica se había percatado de la situación pero lejos de parar empezó a masajear el capullo de Chad, algo muy sensible, mientras el luchaba con una sola mano para que ella parara al menos de momento. Chad casi no podía aguantar los espasmos que le producia cada lametazo en su polla.
-Te encuentras bien Chad?
-Si, si—i, ¿y tú a que has vuelto?
-A nada, que me había dejado la cartera y la necesito si o si
-Si ES QUE no sa-s-a-sabes dondes TI-enes la cabeza,
-Ya ya ves, bueno te dejo que ya he perdido mucho tiempo volviendo, enga…
Y con eso Jose se fue por donde había venido, Chad al ver que su compañera quería jugar la cogió de la cabeza y empezó a follarse su boca, ella parecía gustarle la idea, y se quitó la blusa y empezó a masturbarse con las dos manos mientras tenía la boca llena de polla.
La cosa estaba muy caliente, tanto que llegó el momento en el que Chad la sacó de su sitio y se la montó encima de su polla y se la metio hasta el fondo, estaba todo muy húmedo, era una chica muy húmeda, se agarró al respaldo de la silla y empezaron a follar, no a mucho tardar ella de repente empezó a tener espasmos se levantó un poco, comenzó casi a gritar y se corrió como una fuente encima de la polla de Chad, esto era lo mejor, no hay nada mejor que eso pensaba Chad. La chica se quedó un poco quieta o como a la espera, respirando profundamente. Chad apagó la luz, para que solo se vieran las luces de los edificios de en frente (y no a ellos) y las lucecitas de los coches de la grande avenida. Aprovechó el descanso de su compañera y la puso a 4 patas encima de la silla reclinable y siguió metiéndosela, ahora a oscuras, solo se oían los gemidos y el crujir de la silla, ella no se lo esperaba y entre gritos mudos se volvió a correr de nuevo con otro chorro de líquido que salía de su coño.
Entraba algo de luz tenue y claridad, nada mejor para el sexo en la oficina, los ojos ya se habían acostumbrado a la oscuridad y Chad estaba lubricado casi entero, la silla y algo de ropa que tenían puesta empapada. Era una imagen muy caliente, él estaba apunto de volver a metérsela pero ella no se dejó, cogió sus bragas de encaje que se había quitado, envolvió la polla de Chad y empezó a hacerle una paja mientras le sonreía, el prefería follar pero eso no estaba nada mal y ella tenía el control y su sufridor no podía más, necesitaba correrse ya asi que fue buena y le terminó la paja muy fuerte y muy rápido, la corrida fue enorme, el semen había mojado casi las bragas por completo y estaba goteando, ella al tener las manos manchadas aprovechó para probarlo mientras miraba a Chad a los ojos, este que se medio tambaleaba todavía del placer. Se dieron un muerdo como para finalizar.
-Eso ha estado genial, aunque hemos dejado todo echo una pena, aunque ya me preocuparé de eso después
-Suave cariño, que esto lo limpio yo.
Mientras se colocaban la ropa, Chad cogió la estatuilla (A todo esto, era una especie de trofeo que concedieron a la empresa en 2008 por ser eficientes en uso de papel, y tenia la forma de un libro de color de bronce…) y fue a dejarla encima de la estantería, más que una figura, ahora parecía todo un trofeo, una oda al sexo y un homenaje al cuerpo.
-¿Te ayudo con algo? Creo que hoy no tengo más llamadas.- Dijo entre risas.
-No cari, en cuanto limpie lo nuestro me voy a ir también que es ya muy tarde.
Antes de irse la agarró de nuevo por ese culazo que tenia y la dio un muerdo acabando en mordisquito en el labio, ella volvió a sonreir con esa enorme sonrisa blanca que hacía contraste con su morena piel.
-Ya nos veremos guapísima.
Acabó como empezó, con pocas palabras. Cogió la mochila y se fue a casa a ducharse con razón para empezar otro día en el mundo de monotonía mientras pensaba una buena excusa para mañana.